Hace poco más de un mes cando, anunciamos el Día Mundial del Ahorro de Energía, ya informamos de algunas de las técnicas básicas para ahorrar energía. La conducción eficiente siempre debe ser el primer paso para ahorrar combustible, pero no es la única.
Nuevas formas basadas en el magnetismo y en el consumo de agua están abriéndose paso en el mercado y pretenden conseguir un ahorro que es bueno tanto para el medio ambiente como para el bolsillo.
El sistema del que vamos a hablar utiliza el agua en combinación con el hidrocarburo para reducir el consumo de combustible. ¿Como puede funcionar agua junto a la gasolina o al diésel?
La respuesta es sencilla, ya que no trabajan mezclados. El agua (H2O) como ya hemos visto en el motor de hidrógeno puede usarse para la obtención de hidrógeno mediante la electrolisis (descomposición del agua utilizando la electricidad). Este sistema consume energía de la batería del vehículo, la cual será recargada después por la forma habitual.
El hidrógeno producido es el que entra a formar parte del conducto del combustible y facilita la combustión. Este sistema es similar aprovecha el hidrógeno para mejorar la combustión, pero la forma de obtenerlo no parte del propio hidrocarburo, en este caso se toma a partir del agua.
El beneficio que se asocian a este tipo de productos es la reducción de la emisión de gases contaminantes, mejora la potencia y el rendimiento del motor, elimina depósitos de carbonilla, reduce la temperatura a la que opera el motor, mejora la vida útil del motor y hace que el motor opere de forma más silenciosa y suave.
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