Aguas residuales y baches son la evolución en los métodos de obtener energía. Aún están en estudio, pero la tecnología y los conocimientos adquiridos hacen posible estos nuevos sistemas que seguro dejan con la boca abierta a más de uno.
La ciudad brasileña Franca y la pequeña metrópolis Roanoke, del estado de Virginia en Estados Unidos, son los lugares donde se están desarrollando estas nuevas experiencias.
La evolución de los biocombustibles continua avanzando en la ciudad brasileñade Franca. Esta vez entra en juego el metanol. Se ha creado un biodigestor que puede obtener este alcohol a partir de la materia orgánica de las aguas residuales.
Gracias a la gran imaginación que tienen los brasileños para la obtención de estos carburantes, han conseguido este innovador sistema con el que afirman que se puede dejar de emitir una tonelada y media de CO2.
Mucha gente está interesada en este mejorar los sistemas de obtención de energía mediante el uso de métodos menos dañinos para el medio ambiente. En este sentido la Británica Universidad de Columbia, realizó un estudio por el cual se puso de manifiesto que conseguir biocombustibles a partir de madera era más ecológico que obtenerlo a partir de maíz.
Pero como suele pasar en estos casos el que contamina no paga, al contrario de lo que se supone que se quiere obtener con la legislación medioambiental. El coste de refinar el biocombustible a partir de madera es mucho superior al método tradicional. Esta razón hace que no sea un tipo de proceso que se esté explotando en muchos países.
Por otra parte, en la ciudad de Roanoke en el estado de Virginia, Estados Unidos, la empresa New Energy Technology ha creado un sistema de obtener energía de lo más original. Un nuevo badén (o reductor de velocidad) ha sido creado para aprovechar la energía cinética de los vehículos que circulan.
Siendo más pequeños que los que se suelen posicionar en mitad de las vías para poder regular la velocidad del tráfico, este nuevo sistema a partir de badenes puede llegar a alimentar hasta 150 metros cuadrados de carretera eléctrica, durante un día, con el paso de 580 vehículos.
Como siempre decimos, la tecnología avanza a pasos agigantados. ¿Podrán llegar a ser útiles estos tipos de sistemas para nuestro día a día? ¿Quedarán tal vez como un artículo en una revista digital sin llegar a ponerse en funcionamiento comercial?
Estas preguntas las podremos contestar con el tiempo, a día de hoy podemos ver como la ciencia se encauza hacia una movilidad más ecológia y unas formas obtener energía más verdes. Este es un hecho que nos deja más tranquilos y nos permite soñar con una ciudad más sostenible.
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